Por mucho que os gusten las ciencias exactas, Toundra + Niño de Elche no es igual a EXQUIRLA. Son otra dimensión, una superior (si es que las dimensiones pueden ser superiores las unas a las otras, algo que, como soy de letras y rubia, desconozco). Empastan. Maridan. Hay coyunda fina. Copulan y es orgásmico
Su hijo bastardo, PARA QUIENES AÚN VIVEN (pon tu bien las tildes si te atreves y eres tan listito) es sobrecogedor. Es mucho. Demasiado para mi media neurona. Necesito digerirlo. Y escucharlo milomás veces. Y leer a Enrique Falcón. Inquietante. Very touching.
Destaca Hijos de la rabia, la más compacta musicalmente. Adoro esa mezcla de guitarras limpias y cristalinas con otras gordas y sucias, siendo las más bonitas las de El grito del padre. Le dan más dramatismo, si cabe. Y esos timbales y bajos profundos son casi tan demoledores como los ojos negros del que los ejecuta.
¿De qué va Contigo? Necesitaría leer la letra. Tengo el recuerdo de haber dormido contigo. Debe ir sobre una de esas mañanas de domingo en la que te despiertas y crees que estás, como siempre, solo y de repente tu mano busca entre las sábanas tibias el cuerpo del deseo que sin querer se metió en tu cama. ¿O fue un sueño? Lo que se me escapa es por qué para interpretarla se metieron en un pozo. Están fatal de lo suyo.
La melodía inicial de Un hombre recuerda al Magreb de Toundra pero enseguida se te olvida porque es la más inquietante de todo el álbum. Ellos gestionan magistralmente su esquizofrenia y los cantos en balleno de D. Francisco Contreras te llegan directo a la espina dorsal y te erizan los pelos del cogote.
Con Europa Muda me pasa algo que no puedo evitar: siempre acabo llorando cuando la escucho. Me siento también muda. E impotente.
Y, joder, cuando finalmente entiendes el título del álbum se te encoge el corazón. Sobrecogedor. Y valiente. Muy valiente. Olevouestroscojonestreintaytres.
De momento solo disponible aquí:
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Alhajas 